El Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Cáceres, editó en el año 2008, con la colaboración de la Diputación Provincial cacereña, el libro “Las Huellas de Isabel La Católica en Cáceres”.
El libro fue presentado por el Presidente del Colegio, José Luis Perlado Alonso, por la Diputada de Cultura, Silvia González, por dos de sus autores, los historiadores Francisco Acedo Fernández y María Dolores García Oliva, y por el autor de las ilustraciones del mismo, Francisco Vázquez, en una rueda de prensa celebrada el día 2 de Junio de 2008. El libro fue extraído de las Conferencias Los Martes de la Fundación, que tuvieron lugar en el Colegio en el año 2005 y que impartieron los dos historiadores anteriormente citados y José Miguel Carrillo Albornoz.
Este libro nos hace sentir una responsabilidad especial hacia los temas de contenido histórico que son la piedra angular de nuestra villa, de nuestra ciudad, donde los grandes personajes han paseado sus calles y habitado sus palacios, así como ocupado y preocupado por sus regidores. En este contexto, el reinado de Isabel La Católica es una época digna de ser estudiada y contemplada con todo detalle para el mayor conocimiento de nuestros tiempos, pues sólo conociendo el pasado se puede entender nuestro presente.
Francisco Acedo es el responsable del capítulo titulado “La nobleza cacereña en tiempos de Isabel La Católica” en el que a modo “divulgativo”, describe esta etapa de la historia en la que surgen personajes relevantes tanto para la historia de Extremadura como para la de España y del mundo, de la talla de Diego de Cáceres de Ovando, Sancho de Paredes Golfín y Hernando de Ovando.
Por su parte, José Miguel Carrillo es el autor de la ponencia titulada “Juana o Isabel. La guerra de Castilla en Extremadura”, centrada en este episodio histórico que enfrentó a Juana de Castilla y su tía Isabel la Católica.
“La Villa de Cáceres durante el reinado de Isabel La Católica” es el título de la conferencia que impartió en su día María Dolores García Oliva y que se recoge en el libro, en el que la historiadora explica cómo este personaje “legitimó” el acaparamiento del poder político en determinados grupos, que accedían a él de forma hereditaria, siendo esta práctica el origen de la administración consistorial.